Teso y arapil son dos palabras más o menos sinónimas de colina. Y ambas características de Salamanca y de su provincia.
Un teso es una ‘colina baja que tiene alguna extensión llana en la cima’. En Salamanca ciudad tenemos el teso de la Feria (el Diccionario de la lengua española recoge como acepción de teso propia de Toledo ‘sitio en que se efectúa la feria de ganados’), el teso de la Chinchibarra (con su depósito de aguas), el teso de los Cañones (con otro depósito y utilizado por el Ejército de Franco durante la Guerra Civil para establecer las baterías antiaéreas contra la aviación de la república) y el teso de San Nicolás (hoy nombre de una calle, donde hay restos de la iglesia del siglo XII, en la zona de los repobladores mozárabes, junto a la actual avenida de los Reyes de España).
Arapil, probablemente palabra de origen prerromano, es ‘teso, meseta pequeña’. Es muy conocido el topónimo los Arapiles, dos cerros enfrentados al sur de la ciudad, donde el 22 de julio de 1812 tuvo lugar la famosa batalla de la guerra de la Independencia, magistralmente narrada por Galdós en uno de sus Episodios Nacionales.